La Ruta de la Seda Verde: ¿Puede China liderar la transición ecológica global?

Escrito el 20/06/2025
comunicacion

Durante años, la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) impulsada por China ha sido sinónimo de grandes obras de infraestructura y expansión comercial a nivel global. Sin embargo, en la última década, Pekín ha incorporado un nuevo componente estratégico a esta iniciativa: la sostenibilidad. Bajo el concepto de “Ruta de la Seda Verde”, China no solo quiere construir carreteras y trenes, sino también liderar el desarrollo de energías limpias, movilidad eléctrica e infraestructuras bajas en carbono. ¿Está realmente preparada para convertirse en la gran potencia ecológica del siglo XXI?



¿Qué es la Ruta de la Seda Verde?

La Ruta de la Seda Verde es una evolución del concepto original de la BRI. Desde 2015, el gobierno chino ha adoptado una narrativa ecológica para responder a las críticas medioambientales sobre sus proyectos en el extranjero. Con iniciativas como el “BRI International Green Development Coalition”, China ha buscado posicionarse como promotora de un desarrollo global más responsable, incorporando estándares ambientales a sus obras de infraestructura y fomentando la cooperación internacional en energías renovables y tecnologías limpias. Esta visión va más allá del marketing: representa un intento real por parte de Pekín de redefinir su papel en la arquitectura internacional del clima.

Energía limpia en África, Asia e Iberoamérica.

Uno de los pilares más visibles de esta nueva estrategia es el impulso de proyectos de energía renovable en el sur global. En África, China financia parques solares en países como Kenia, Mozambique y Etiopía, además de apoyar redes eléctricas rurales que mejoran la electrificación sin recurrir a combustibles fósiles. En Iberoamérica, la presencia china es cada vez más notable, especialmente en Brasil y Chile, donde empresas como BYD están produciendo autobuses eléctricos, y otras compañías participan activamente en proyectos solares e incluso en iniciativas de hidrógeno verde. En Asia Central, China lidera grandes inversiones en presas hidroeléctricas y campos eólicos, consolidando su rol como proveedor de tecnología y financiación en la transición energética de estas regiones.

Diplomacia del coche eléctrico

Otro de los instrumentos clave en la Ruta de la Seda Verde es la expansión global de la movilidad eléctrica. Lejos de limitarse al mercado interno, empresas chinas como BYD, NIO o Geely están entrando con fuerza en países emergentes, ofreciendo vehículos eléctricos a precios competitivos y adaptados a las necesidades locales. Además, China no solo exporta productos, sino que promueve la producción local de baterías y vehículos a través de acuerdos de inversión y joint ventures. Esta estrategia forma parte de una diplomacia industrial con implicaciones geopolíticas: al convertirse en el socio de referencia para la movilidad del futuro, China consolida relaciones estratégicas a largo plazo con gobiernos y economías emergentes.

 

 



¿Qué hace Europa frente a esto?

La respuesta europea a la Ruta de la Seda Verde ha sido la iniciativa “Global Gateway”, un plan de 300.000 millones de euros lanzado en 2021 con el objetivo de ofrecer una alternativa a la BRI. Sin embargo, su ejecución ha sido lenta y limitada frente a la agilidad y el alcance de los proyectos chinos. Mientras Europa debate criterios de sostenibilidad y ajustes presupuestarios, China ya ha firmado acuerdos verdes con más de 40 países, desarrollando corredores ecológicos, trenes eléctricos y centros logísticos sostenibles. La ventaja de Pekín radica no solo en su capacidad financiera, sino en su visión unificada y su compromiso político a largo plazo.

Una potencia verde

Pese a ser el mayor emisor de CO₂ del mundo, China también es el país que más invierte en energías renovables, infraestructura verde y vehículos eléctricos. A través de la Ruta de la Seda Verde, está reconfigurando su imagen internacional y construyendo alianzas basadas en sostenibilidad, tecnología e inversión. Frente a este cambio de paradigma, el liderazgo ecológico global está en disputa, y China se ha colocado en la primera línea.

 

 

 

 

Firmado por: Danil Sayah Estrada