BRICS+: Nuevos caminos para la cooperación económica global

Escrito el 06/06/2025
comunicacion


Un bloque en crecimiento
En los últimos años, el grupo BRICS, integrado originalmente por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, ha empezado a ocupar un lugar más destacado en el debate económico internacional. Lejos de tratarse de un bloque cerrado, este foro de cooperación entre economías emergentes ha mostrado una dinámica de apertura y expansión que ha dado paso a lo que muchos ya denominan “BRICS+”.

A raíz de la cumbre celebrada en Johannesburgo en 2023, el grupo formalizó la invitación a nuevos países como Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos e Irán, en lo que representa uno de los cambios más relevantes en su corta historia. La entrada de estos miembros ha ampliado tanto la diversidad como el alcance geográfico del bloque, atrayendo además el interés de otras economías como Arabia Saudí, Indonesia, Nigeria o incluso Argentina. Esta última, aunque finalmente no confirmó su adhesión, mantuvo una posición destacada en las discusiones previas.



¿Qué busca BRICS+?
Esta nueva fase de expansión refleja un interés común entre varios países del llamado “sur global” por reforzar su peso en la toma de decisiones internacionales. Frente a las instituciones tradicionales surgidas tras la Segunda Guerra Mundial, muchas de ellas con estructuras representativas que no han cambiado significativamente en décadas, BRICS+ se presenta como una plataforma alternativa, basada en la cooperación entre iguales y en el respeto a la soberanía de cada Estado.

Uno de los objetivos más visibles en esta nueva etapa es el impulso al comercio en monedas locales. Algunos miembros han expresado su deseo de reducir su dependencia de divisas extranjeras como el dólar para las transacciones bilaterales, lo que, en la práctica, puede facilitar la integración comercial y dar más autonomía a los bancos centrales de estos países. También ha ganado protagonismo el Nuevo Banco de Desarrollo, una entidad financiera creada por el grupo para financiar proyectos de infraestructura y desarrollo sin las condiciones que suelen exigir organismos tradicionales como el FMI o el Banco Mundial.



Complementar, no reemplazar.
No obstante, es importante destacar que BRICS+ no busca convertirse en un bloque confrontativo. A diferencia de alianzas como la OTAN o la Unión Europea, no existe un tratado vinculante ni un sistema de toma de decisiones uniforme. Cada país conserva plena independencia en su política exterior, y muchos de ellos mantienen relaciones sólidas con Estados Unidos, la Unión Europea o instituciones financieras globales. De hecho, una de las fortalezas de BRICS+ parece ser precisamente su carácter flexible: más que imponer una agenda única, permite construir espacios de cooperación económica, tecnológica o energética según las necesidades y capacidades de sus miembros.

¿Por qué es relevante ahora?
En un contexto marcado por la incertidumbre económica global, la inflación persistente, las tensiones geopolíticas y la reconfiguración de las cadenas de suministro, no resulta extraño que muchos países estén explorando nuevas formas de cooperación. BRICS+ ofrece una de esas vías: una red en expansión que, sin renegar del sistema internacional existente, busca complementarlo y hacerlo más representativo de la diversidad económica actual.

Una evolución gradual
Aunque todavía quedan muchos interrogantes por resolver, como la coordinación interna entre países tan distintos, la eficacia del banco de desarrollo o la gestión de intereses divergentes, lo cierto es que el bloque está atrayendo una atención creciente. Quizás no estemos ante una revolución, pero sí ante una evolución significativa en la arquitectura económica global. Y como suele suceder con los grandes cambios, este también avanza de forma gradual, pero constante.



Firmado por : 
 Danil Sayah Estrada