Por Marcos González Gava, co-fundador y CEO de ReporteAsia
Madrid está ubicada justo a mitad de camino entre América Latina y China. Por ende, su posición natural es intermediar entre esos dos mundos. Por su parte, el español los conoce a ambos desde hace siglos, y puede aportar al relacionamiento de América Latina y China abriendo un nuevo campo de negocios donde tenga un rol central.
Es cierto que muchas empresas chinas ya tienen representantes en América Latina, y una experiencia creciente, con grandes proyectos en desarrollo. Sin embargo, por contar con menos de dos décadas de recorrido en la región tienen lógicamente una red de vínculos institucionales y comerciales más acotada, y un conocimiento mucho menor del territorio en comparación con las compañías españolas. Asimismo, muchas grandes oportunidades no llegan a los grupos chinos por falta de cercanía cultural.
Además, cabe destacar que múltiples Holdings chinos -con intereses en América Latina- ya están asentados en España, como Ginkgo tree Investment a través de Madrileña Red Gas, NHA por medio de NH Hotel, RASTAR con RDC Espanyol, Shanghai Kaichuang mediante Hijo de Albo, CITIC por medio de Gándara Censa, Wanda Group a través de Atlético Madrid, y AVIC por medio de Aditex Cading, para nombrar solo algunos.
En simultáneo, la comunidad china basada en la Península Ibérica, que llega a sumar alrededor de 230.000 personas, es uno de los colectivos extranjeros más activos económicamente de ese país, según estimaciones del Ministerio de Seguridad Social publicadas el año pasado en el portal “El Mundo”. De hecho, según esta información, en España los chinos son la comunidad más emprendedora -el país cuenta con 62.510 autónomos de esa nacionalidad, mientras que sólo hay 49.435 asalariados del gigante asiático-, seguidos de los rumanos (46.162), los italianos (37.224), marroquíes (27.713) y británicos (26.760).
Ambos segmentos, el de los grandes conglomerados y el de los emprendedores, constantemente buscan opciones para resguardar sus ganancias, diversificar su inversiones, internacionalizar sus posiciones, ofrecer sus servicios en nuevos mercados, expandir sus negocios y aprovechar oportunidades únicas donde pueden escalar en volumen o generarse una diferencia a favor en alguna operación específica. Todo esto es posible en América Latina: esas oportunidades existen y pueden articularse a los intereses de los grupos arriba mencionados.
En esta misma línea, el informe “Chinese FDI in Spain: Global Outlook 2023” elaborado en conjunto entre KPMG e ICEX-Invest in Spain indica que las 3 razones por las cuáles las empresas chinas eligen España como sede para sus negocios son, primero, su posición geográfica, segundo, su mercado interno, y tercero, el acceso que ofrece a otros mercados. Vemos entonces que España representa proyección y crecimiento para las empresas chinas, más allá de territorio español.
Sobre el acceso que ofrece a otros mercados, cabe destacar que el 59% de las empresas chinas con sede en España incluidas en el informe KPMG e ICEX-Invest in Spain prevé un incremento de sus inversiones internacionales en los próximos meses, ampliando sus negocios en la Unión Europea, como primera opción, y luego en América Latina, como segundo destino.
Además, el trabajo revela que la presencia de las compañías chinas se focaliza principalmente en Madrid como uno de los destinos preferidos para la inversión.
Por todo esto, se entiende que es muy viable candidatear a la capital de España como hub para negocios entre América Latina y China. En este caso, todos los caminos parecen conducir a Madrid.
Asimismo, España está posicionado como el principal inversor europeo en América Latina, según el informe del Instituto de Estudios Económicos (IEE) titulado: “Compromiso empresarial con la inversión: el rol de la empresa en la situación iberoamericana actual”. Se mantiene como segundo mayor inversor en la región después de Estados Unidos, con un promedio anual de 12.000 millones de dólares.
Este flujo, por otra parte, también felizmente corre en la dirección contraria, ya que las estadísticas muestran que la inversión latinoamericana en España ha crecido un 92% en la última década (2012-2022). Las constructoras españolas OHL y FCC, controladas por los mexicanos hermanos Slim, son un buen ejemplo de este fenómeno.
Estas interacciones marcan que Hispanoamérica como concepto está más vigente que nunca. Otras cifras lo corroboran: los hispanoamericanos (sacando a los nacionales de Brasil) constituyen la minoría cultural más importante de España, sumando alrededor de 1.500.000 personas, lo que representa cerca del 30% de la población total de extranjeros en ese país.
Un dato más: España aparece como el tercer país más atractivo para la emigración latinoamericana, después de Canadá y Estados Unidos y actualmente tiene una imagen positiva en América Latina, con una valoración de 6,9 sobre 10, similar a la que se da aquí a Francia, Italia y Estados Unidos, aunque se ubica por debajo de los 7,5 que recibe Alemania, el país europeo con mejor imagen, como se publica en el reporte: “11ª oleada del Barómetro Imagen de España (BIE). Estudio monográfico sobre América Latina”, del Real Instituto Elcano.
Toda esta sinergía, este “momentum”, debe ser aprovechado. El presente parece ser inmejorable para desarrollar negocios y relaciones entre América Latina y China a través de Madrid.
América Latina está en plena transformación, y la dualidad crisis/oportunidad presenta ejemplos por todos lados para quienes cuentan con los socios locales adecuados. Hay mucha oferta para aquellos interesados en invertir en JV y adquisiciones, fusiones o asociaciones en sectores como Agronegocios, Alimentos & Bebidas, Turismo, Energía, Vitivinicultura, Farmacéutica, Veterinaria, Pesca, entre otros.
El desarrollo de distintos corredores bioceánicos en distintas latitudes de América Latina, como la iniciativa Atacalar, en los que China ya mostró mucho interés, que permitirán la exportación e importación de bienes y servicios por el Océano Pacífico con Asia -y la implantación en América Latina de parques industriales, nuevas zonas de cultivo, mejor infraestructura y logística-, pueden ser también para España proyectos en los que lidere la participación europea, con inversión que bien puede ser china.
Desde la pandemia, para hacer negocios con China no hace falta viajar a ese país. Los negocios de muchas empresas chinas se manejan desde diferentes plazas: una de ellas es Singapur, que se consolida cada vez más como hub para hacer operaciones con el gigante asiático sin necesidad de visitar Guangzhou, Hong Kong o Shanghai.
Por otra parte, desde América Latina viajar a China por negocios se hace cada vez menos conveniente. En lo económico, implica altos gastos. Observándose desde la inversión de tiempo, tal vez el costo sea todavía mucho mayor. Y todo aquel con cierta experiencia haciendo gestiones con empresas chinas sabe que un solo viaje a ese país nunca es suficiente para cerrar un acuerdo.
Pero ahora, más que nunca, la disminución de costos fijos es una misión que tienen todas las empresas, inclusive las chinas. Por eso, también para ellas Madrid puede resultar un espacio valioso, de intercambio de información y de negociación, donde maduren los proyectos hasta cierto punto antes de emprender viajes hacia destinos en América del Sur.
A veces lo importante no es el viaje: lo imperioso es la conversación con la contraparte. Tan necesaria es esa charla que muchas veces los viajes largos van en contra de la oportunidad misma que promueve un negocio. Mayor cercanía es necesaria. Lo primero es el negocio, no sumar millas en nuestras aerolíneas preferidas.
Por todo esto, creo fervientemente que Madrid se propone como una solución para el relacionamiento entre ambas partes del mundo. Como vimos, su posición geográfica es ideal para cumplir con este rol, cuenta con un ambiente para hacer negocios internacionales muy bien consolidado y, como adicional, se posicionó en 2023 como la tercera mejor ciudad del mundo para visitar por turismo, un factor que pesa, y mucho, cuando se elige un lugar para gestionar negocios.